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Cintas magnéticas que reverberan mientras caminamos.

La serie Mixtape traslada el universo sónico del autor hacia una interpretación híbrida entre lo gráfico, lo pictórico y la instalación, utilizando como elemento central el casete: icono popular de las últimas décadas del siglo XX, abriendo una reflexión sobre la evolución del registro sonoro en el transcurso de la historia al compás de los avances tecnológicos y el impacto en nuestra manera de concebir la música.

A la generación que nos tocó crecer durante los años 80´s & 90´s conocimos el casete como el medio mas accesible para almacenar, reproducir e intercambiar música, los reproductores se volvieron mas compactos hasta la aparición del reproductor de casete portátil walkman que modifico nuestra experiencia sonora a una forma de escucha intima en movimiento, su portabilidad favoreció el intercambio y transmisión de ideas entre la gente de diferentes latitudes y generaciones.

En la actualidad el casete es prácticamente un medio obsoleto para la industria musical, a diferencia del disco vinil que se ha re-posicionado en el mercado valorado como objeto de colección, el casete parece quedar rezagado en el abandono y/o marginado a proyectos de música experimental que retoman el formato de la cinta analógica.

Mixtape invita al visitante a escuchar alguno o varios de los casetes que se han logrado recolectar para tal ocasión, muchos de ellos fueron generosamente donados, varios están en calidad de préstamo, algunos otros fueron rescatados de entre los cachivaches de un bazar, han sido desempolvados para hacerlos sonar una vez mas.

Roy Monroy, Oaxaca 2015





 

Círculo Rojo en la Biblioteca Henestrosa, Oaxaca, 20/06 ~ 26/07 2015

Exhibición integrada por una serie de piezas elaboradas durante tres viajes a Japón que realicé entre los años 2011~2014 que incluyen gráfica, pintura e instalación. El titulo alude al símbolo solar inscrito en la bandera japonesa.

Desde la infancia me sentí atraído por las culturas de oriente, considerándolas como un contrapeso al régimen occidentalizado en el que estamos inscritos y acostumbrados a vivir, que en ocasiones llegaba incluso a abrumarme por su monotonía. Para reconfortarme, encontré refugio en lecturas sobre la corriente del Budismo Mahayana desarrollado en China y Japón conocido como budismo Zen o simplemente Zen, donde encontré una guía espiritual y convicción de que otra forma de convivencia era posible al adquirir un nuevo modo de ver el mundo.

Cuando empecé a trabajar el grabado en madera, ya hace algunos años, la estampa japonesa Ukiyo-e me cautivó. Conforme profundicé en los procesos de producción gráfica, mi interés por la manera japonesa de plasmar las imágenes sobre el papel se incrementó hasta el punto de motivarme a hacer un viaje para conocer de cerca la tradición de Ukiyo-e.

El arribo a Japón fue entrar en otro mundo, un mundo que buscaba, lleno de sorpresa y singularidades. Estaba, ni mas ni menos, en la tierra de Hiroshige, Hokusai y Kuniyoshi, de los antiguos samuráis de la época feudal, de las ceremonias de té y los jardines zen. También de la bomba atómica y los horrores de la guerra, de la danza butoh, e innumerables referencias de fuerte carga histórica conviviendo en el mismo espacio y tiempo.

El contacto con la cultura japonesa favoreció mi producción artística al proporcionarme un refrescante impulso, circunstancia comprensible considerando que el proceso creativo es en cierta medida la forma más inmediata que tengo para dialogar con el entorno y confrontar las experiencias que en él acontecen. De tal suerte, las estancias en Japón se convirtieron en un laboratorio creativo para la retroalimentación,  una exploración para entender la conexión (si es que la hay) entre un país  situado al otro lado del Océano Pacífico y yo como individuo. E incluso este periodo creativo se extendió mas allá de la estancia; al regresar a México continuó como una inercia en el flujo de la exploración artística.

Circulo Rojo se compone de piezas que oscilan entre lo gráfico y lo pictórico, intervenciones con formas geométricas sobre una serie de pergaminos montados sobre tela llamados kakejiku, que por lo regular suelen ser reproducciones de poemas en caligrafía o de pinturas de uso decorativo  que se cuelgan al interior de las casas japonesas (aunque en las casas que conocí nunca los vi). En uno de los recorridos por la ciudad de Osaka me topé con los kakejiku en el mercado de antigüedades del templo de Shitenoji; seleccioné los de temática paisajista para yuxtaponer elementos geométricos dotando a los pergaminos de un nuevo significado, a la vez de realizar un comentario sobre el apego al pensamiento lógico al cual es propensa la mente a causa de las conceptualizaciones constantes, representadas aquí por los cuerpos geométricos. Esto genera un contraste con el fondo del paisaje con montañas, ríos, cascadas, follaje, etc. La exaltación a la belleza y armonía intrínseca de la Naturaleza, empleándola como metáfora al conocimiento adquirido por la intuición y el instinto. Basado en el Sutra de la Perfecta Sabiduría (Prajñāpāramita Hidaya Sutra), mejor conocido en occidente como Sutra del Corazón, construyo un discurso gráfico sobre la experiencia de una apertura mental acompañada de un nuevo modo de observación, adquirido por la vía de la intuición y el abandono a los conceptos.





Cocoroboros

Un cocodrilo engullendo su propia cola,
alusión al perpetuo flujo del tiempo,
una re-interpretación de Uróboros: símbolo del eterno ciclo de las cosas.
ediciones en la Ceiba Gráfica
Paisaje con pirámides & serpientes, litografía, 76 x 112 cm,
edición 13 ejemplares firmados & numerados,
impreso en papel 100% algodón